Mirad a toas, que es el nombre de Tomás y Adrià si juntamos las letras y las reordenamos, ven el capítulo 13 de la quinta temporada de Lost. Un capítulo marcado por la aparición final del amigo Faraday. Pero no tan marcado como debería haber quedado la cara de Miles, después de aparecer con 15 piercings en su adolescencia.
Este capítulo se centra en el chinorris y su don para hablar con gente muerta. Que si ya te clavan con una llamada interprovincial, no me quiero imaginar lo que debe costar hablar con el Averno. Miles se gana la vida a base de no dejar en paz a los muertos. Una especie de Hormigas Blancas, pero en oriental.
En la isla, Hurley nos enseña una valiosa lección: los cadáveres, el allioli y sus pedos huelen igual. Nunca volveré a comer una fideuà sin imaginarme que ha salido del trajano de Hugo. Gracias, J.J. Abrams. También sabremos que Miles y el Doctor Chang son padre e hijo. Siguiendo esta norma infantil en la que si hay dos chinos en una isla, son familia, no nos extrañaría que en breve se descubriera que Mr Eko era hijo del humo negro.
Todo esto y un mensaje antipiratería en el nuevo capítulo de PostLost, la serie favorita de Koldo, de Gran Hermano I.
Guest Star: La anciana del Risotto, y los cameos de Roger, Laia, Jordi y Jorge.