lunes, 23 de febrero de 2009

PostLost s05e06: 316



3.862 y 18.790, según los números que tenían asignados en el cásting de OT, ven el sexto capítulo de la quinta temporada, un capítulo de aquellos con una estructura irregular, como la nariz de Rossy de Palma.

La entrañable señora que en la peli de Los Otros hacia de criada muerta, les enseña cómo volver a la isla, que básicamente es estrellándose de nuevo. Una propuesta que tiraría para atrás a cualquiera, pero a los Oceanic 6 no, porque la vieja lo tiene apuntado en una pizarra con tiza y eso les da mucha tranquilidad. Así que todos vuelan hacia Guam, famosa ciudad en la que vivió George Michael. Y a esperar el hostión.

Ben sube al avión con un brazo en cabestrillo. Todo apunta a que ha hecho algo malo, que puede ser desde matar a un pony a matar a Penny.

Y Jack se pasa todo el capítulo para abrir una carta de Locke. Que por cierto, Locke, estés donde estés, ya que era una última voluntad, podías haberte currado una carta perfumada.

Todo esto y un teletubbie en el nuevo capítulo de PostLost, la serie favorita de Los Vivancos.

Guest Star: la anciana del risotto vol.II. y nuestro fan número 200 de facebook.

viernes, 20 de febrero de 2009

Una foto


A diario recibimos centenares de cartas donde nos hacéis llegar vuestro cariño y vuestras muestras de Ántrax casero. Queremos agradeceros todos los piropos y destacar algunos como: "Tomas, estás más bueno que una deconstrucción de mousaka con aire de zanahoria y coulis de mango", "Adrià, cuando te veo se me aceleran las partículas subatómicas hasta los positrones" o "Rubia misteriosa, eres tan bella que querría practicar el coito contigo". Sabemos que todas son palabras llenas de amor verdadero. Bueno, todas menos coito y coulis.

También son numerosas las fotos que adjuntáis a vuestros versos. Fotos de cuerpos desnudos, fotos de nuestros nombres tatuados en vuestra piel y fotos de tamagotchis pidiéndonos una prueba de paternidad. De entre todas ellas hemos decidido publicar la de esta bonita pareja jugando al World of Warcraft con camisetas no oficiales de PostLost. Por nuestros huevos que nos vais a pagar los royalties malditos piratas.

pd. Os recordamos que para proposiciones carnales, gangbangs o, simplemente, roces y cariño, sigue activo el correo sexo@postlost.net

martes, 17 de febrero de 2009

PostLost s05e05: This Place is Death


Abejaruco y Oropéndola, tal y como los conocen en el Círculo de Observación de las Aves, ven el quinto capítulo de la quinta temporada de Perdidos, “This place is death”, un capítulo marcado por la muerte de Charlotte. Dios nos libre de alegrarnos de su muerte, pero al menos no conocerá a su suegra, la madre de Faraday, que tiene una pinta de arpía… porque, claro, si sabe cómo volver a la Isla seguro que sabe hacer las lentejas mejor que ella.

Locke sigue empeñado en salvar al mundo y, en un gesto inexplicable, se tira a un pozo y se rompe una pierna. Poco, para lo que podría haber sido. No sabemos si por el golpe o porque ya está mayor y chochea, se encuentra con Jacob, que lleva el farolillo que robó a los enanitos de Blancanieves.

En la misma isla pero en otra época, el humo negro ataca a los franceses, que curiosamente es el pueblo con los humos más subidos de Europa.

Y la tropa del futuro sigue dudando de la bondad de Ben, aunque nosotros creemos que es una bellísima persona, porque los lleva para arriba y para abajo en la furgoneta y nos les ha cobrado ni un duro de gasolina.

Todo esto y un coche en el nuevo capítulo de PostLost, la serie favorita de John Stamos.

Guest Star: la anciana del risotto.

lunes, 9 de febrero de 2009

PostLost s05e04: The Little Prince


Arbusto y Amigo 7, como los conocían por sus respectivos papeles en 'Al salir de clase', ven el cuarto capítulo de la quinta temporada, un capítulo marcado por la lucha de Kate para que no le quiten a su (que no es “su”) pequeño monstruito, porque es feo, feo… Normal que se lo quieran quitar, porque vaya morro, que se pide al niño en el barco y se lo dan. Esas cosas no funcionan así, un sorteo, al menos. Que no es que nos caiga mal, pero vaya puta, que le dice a Jack lo de “siempre he estado contigo” pero bien que se zumbó a Sawyer.

El pobre Sawyer, con lo que había sido, sigue en la Isla con el club de la nariz sangrante. En uno de sus flashes temporales, ve el momento en que Kate ayudó a parir a Claire en la selva. Pero opta por no intervenir. Eso está bien, porque seguro que le hubiera caído algún marrón: traer toallas, grabar el parto en vídeo, limpiar al niño de hojas de pino…

Y aparecen personajes que ya habíamos olvidado: Jin, que ha estado flotando, inconsciente, pero aún así ha seguido mejorando su inglés, y la joven Rousseau con sus amigos franceses, que seguramente vienen a mirar con desprecio al resto de la isla.

Todo esto y un poco de rubidio en el nuevo capítulo de PostLost, la serie favorita de la tía Marta, la que no daba Kinder Sorpresa a sus sobrinos.

Guest Star: una abogada.

domingo, 8 de febrero de 2009

Los viajes en el tiempo acaban pasando factura

Con el último capítulo de PostLost, Jughead, hemos removido conciencias. Hoy, el amigo Bart, ha roto largos años de silencio para explicar cómo le han afectado a él los viajes en el tiempo. Sirva de ejemplo su sentido testimonio.

"El equipo de PostLost hemos tenido acceso a un documento de la Guardia Civil que posiblemente contribuya a convenceros de los riegos de jugar con el puto espacio tiempo. Al publicarlo aquí estamos poniendo al descubierto secretos que podrían poner en peligro la seguridad nacional. Por favor, leedlo, memorizadlo y luego tragaros el PC para destruirlo.

Archivo secreto del Sargento Peláez.
Documento: 4-8-15-16-23-42

Barcelona, a 12-04-2008.
Atención: Usted no puede leer esto si no es un agente B16-Alpha o un B18-Beta.

Datos del detenido/a:
Sujeto: Gretta Lebowitz
Sexo: Mujer
Raza: Caucásica.
Edad: 48.
Motivo detención: encontrada deambulando por los alrededores del Rabal (Barcelona) en estado de ansiedad, posiblemente embriaguez. Se extiende en divagaciones, a grandes voces, sobre viajes en el tiempo, agujeros de gusano, plano temporales y en como le gustan sus tetas “nuevas”. Afirma no llamarse Gretta Lebowitz sino Bart Lewinsky, que ha viajado al pasado “pa ná” y que ha vuelto.
(…)

Se transcribe aquí el interrogatorio:

Verá, mi sargento, todo empezó cuando Paula, la culona de administración, me invitó a la ópera. Yo no soporto la ópera, pero pensé que si me hacía pasar por Mister Sensible follaba fijo. La obra resultó ser Aída…
- ¿Con Carmen Machi?
- No mi sargento, con Montserrat Caballé, en el papel de Aída. Se estrenó anoche. El espectáculo me pareció deplorable. A los diez minutos ya estaba cuestionándome si un posible polvo con la administrativa compensaba aquel hondo sufrimiento que empezaba a acumularse en mis sienes en forma de dolor. Mientras aquella esclava etíope de dos toneladas de peso declamaba su amor por Radamés a grandes alaridos, yo pensaba que, si alguien hubiera aniquilado a la Caballé, pero ya en su más tierna infancia, el mundo sería un lugar más feliz y con espacio para 6 ó 7 personas más.
Dicen que si deseas algo vehementemente, el Universo entero se confabula para que ese deseo se cumpla. Supongo que algo de eso pasó ayer porque, en el segundo acto, cuando ya estaba decidido a romperme la sesera a golpes de extintor, noté como el tiempo me absorbía. Es fácil saber que el tiempo te está absorbiendo por que estás como volando y a tu alrededor hay flotando relojes de cuco, de pared, carrillones, relojes de arena… También sale como un cuentakilómetros antiguo pero que va descontando o sumando años. A veces también hay círculos concéntricos, pero es optativo.
No sabría decir cuanto tiempo duró aquello pero cuando acabó me encontré en una calle que conocía bien. Aquellas granjas, aquellas galerías de arte… ¡era la calle Petrixol! Recordaba haber visto en alguna de sus casas una placa en la que decía algo parecido a:
“En esta casa pasó sus primeros años la excelsa soprano Montserrat Caballé”
-Por favor ¿me dice el año? pregunté a un tio que pasaba.
- 1948.
Entendí lo que debía hacer. Intenté recordar cual era la casa. Me fue fácil. Alguien había escrito en la pared:
“Espacio reservado para una placa conmemorativa en caso de que la cría gorda del quinto llegue a algo en la vida”
Subí los cinco pisos a toda velocidad. La suerte quiso que en la mismísima puerta estuviera una obesa y sonrosada niña cantando algo sobre una muñeca vestida de azul, con su camisita y su canesú. La cogí entre mis brazos, la besé y la arrojé por el hueco de la escalera.
¡Dios Santo! ¿Qué había hecho? Quizás en esta época no estaba bien visto asesinar niñas.
Cuando pude reaccionar cogí mi plano temporal, lo doblé, creé un agujero de gusano, aceleré dos partículas hasta la velocidad de la luz, una dentro del túnel y la otra en un extremo, de forma que se desplazaran en el tiempo, se reboza con pan rallado y se pone todo al baño María durante dos minutos y me encontré en mi butaca del Liceo justo en el momento en que ¡cielos! Montserrat Caballé agradecía a su público los aplausos y le dedicaba su éxito a su hermana, tristemente desaparecida en 1948.
-¿Y eso es todo?
- Algo más debí hacer porque yo antes era un tío.
- ¿Nada más?
- Bueno sí. En mi 2008 los albatros no erais una especie superior."


Yo me he quedado así, mustio, un poco lelo, de lo que hemos leído. No lo olvidéis: los viajes en el tiempo no son ninguna tontería. ¡Engánchate al presente!


Y recordad, mientras colgamos mañana el nuevo capítulo de PostLost, podéis ir haciendo la espera más corta revisitando nuestro último capítulo. También podéis no hacerlo.

viernes, 6 de febrero de 2009

NO a los viajes en el tiempo

Nos siguen llegando testimonios de ex-adictos a los viajes en el tiempo. Debemos decir que cuando subimos el últumo capítulo, JugHead, no nos esperábamos que lo más destacado de la blogosfera nos ayudara a difundir el mensaje, cual We Are The World del espacio-tiempo.

Veamos, pues, el sobrecogedor testimonio de Albert, un jovenzuelo que en su época tonteó con los viajes en el tiempo.

"Harto ya de tanta droga y tanto alcohol barato, necesitaba otras motivaciones. Probé el pegamento, el mate, Pilates, una reducción de estómago e incluso me saqué el título de instalador de calderas. Pero nada me motivaba suficiente y justo cuando estaba a punto de tirarlo todo, un amigo me propuso viajar en el tiempo. Nada me hacia mas ilusión. Me comentó que para viajar en el tiempo solo necesitaba un reloj, mi mente y el modelo 030 de Hacienda rellenado. El viaje en si es un subidón, es como cuando te pegan una patada en los huevos y el dolor ya se esta yendo y dices: “ahh! que gusto!”. Una vez has llegado a tu destino pasa a ser una patada en los huevos de la que ya no te recuperas nunca mas.

Yo soy un puto loser y mi viaje en el tiempo mas lejano fue al 1998, con toda la tontería del efecto 2000 por delante y con la peseta aún vigente. Solo llevaba 2€ en el bolsillo y como el euro aún no circulaba, en ninguna tienda me los aceptaban. Los bancos se me quitaban de encima con la excusa de que aún no se conocía a cuanto iba el cambio. “¡A 168.386!”, les gritaba yo, “¡6 euros son un talego!”, pero nada, ni puto caso. Así que me tuve que dedicar a robar, extorsionar, violar y pegar ancianas. Quería viajar en el tiempo para cambiar y la realidad me pegó una patada aún más fuerte en los morros. Robando conseguí 5000 pesetas de las cuales destiné 4000 a una camiseta del Barça con el nombre de Bogarde y las otras 1000 a buscar la forma de volver al presente. Lo conseguí gracias a un tarotista ciego que me pidió la voluntad y un paquete de pañuelos que robé a unos gitanos.

En el presente de nuevo, quería volver a probarlo. Esta vez al futuro. ¿Os he dicho que soy un loser? Fui al futuro, sí. Concretamente al día siguiente. Teniendo en cuenta que esto fue un martes, no tuve ni la ocasión de volver al presente para tirar la quiniela ganadora. Si me hubiera pasado en fin de semana… Por cierto, irme al día siguiente me resultó positivo por un solo motivo. Vi que un amigo me había etiquetado en el Facebook en una foto morreándome con una enana en una discoteca el día antes por la noche. Así que me aproveché, volví presente y sí, me morreé a la enana, pero antes le quité la cámara digital al amigo y aproveché para pegarle una buena paliza.

Y vosotros, queridos jóvenes, os preguntaréis, ¿qué has conseguido rompiendo el continuo espacio-tiempo? Nada. Bueno, sí… Una camiseta de Bogarde.

Yo de vosotros no lo intentaría, no merece la pena."

Podéis seguir envando vuestras histrias a info@postlost.net Si necesitáis inspiración, no olvidéis mirar el último capítulo de PostLost. Gritemos todos al unísono: ¡Engánchate al presente!

miércoles, 4 de febrero de 2009

Engánchate al presente

Como habréis podido comprobar, en el último capítulo de PostLost, Jughead, hacemos un alegato a favor del tiempo presente. Los viajes en el tiempo son una lacra de nuestra sociedad. Cada día son más los jóvenes que juegan con el espacio-tiempo, sin saber los riesgos que ello conlleva, oye.

Sirva de ejemplo la experiencia que nuestro amigo Doc Moriarty ha sufrido en sus carnes por culpa de los viajes en el tiempo. Esperamos que comprendáis que esto no es una broma, y que cuando os ofrezcan viajar a otra época, gritéis al unísono: "A tope sin viajes en el tiempo!"

"Juventud, los viajes en el tiempo no son buenos.
No os creais aquellos que os digan que volver al pasado y matar a genocidas os hace más hombres. No es verdad. Los viajes en el tiempo se adueñan de vuestra voluntad y os exprimen como lo hicieron conmigo. Sirva mi testimonio como ejemplo para aquellos de vosotros que pensais que aún podeis controlar el destino.
Mi primer contacto con los viajes en el tiempo fue a través de Nicholas Cage, en una fiesta en Marsella. Cage me llevó a un cuarto oscuro y me dijo: “Peggy Sue, tengo algo que te va a encantar”. Nick me llamaba Peggy Sue por razones que no vienen al caso, y se sacó un bifurnátedo cuántico del bosillo. “Pruébalo, que es la hostia”. Como yo ya iba sobre aviso, porque lo mismo me dijo de sus últimas veinte películas, le inquirí sobre qué coño me estaba dando.
-Dime una época donde quieras viajar.
-A la antigua Grecia –grité sin pensar, y la señora de guardarropía sonrió cómplice, porque luego supe que era muy fan de Parménides.
Un haz de luz me cegó y al instante me vi dentro de una galera turca, rodeado de fornidos mozos de piel aceitunada. Intenté balbucear cuatro palabras pero la desorientación espacio temporal y el ponche marsellés en mal estado lo impidieron. Los turcos me violaron en una gangbang avant-la-letre, y luego me arrojaron a la bodega, donde un puñado de prisioneros estaban encadenados a las humedas paredes, escondidos en las sombras.
Cuando, por la noche, los turcos bajaron otra vez, grité y grité y me defendí con los argumentos más lógicos que se me ocurrieron. “Violadlos a ellos!”, escupía. “Violadlos a ellos!”
La luz me golpeó en los genitales y volví a la dulce noche marsellesa. Nicholas Cage me escrutaba intrigado.
-¿Y?
-Hijodeputa! ¡Eso no era Grecia! ¡Eran piratas sodomitas de la edad media!
Se rió.
-¿Y el subidón que da?
-Tengo que volver. Debo impedir que me violen.
-Vale, pero la primera era gratis, las demás se pagan, Peggy Sue.
Aboné la cantidad (el presupuesto de una superproducción española) y me volatilicé en un fogonazo que me dejó sangrando por la nariz y el esfínter.
Aparecí en la misma galera, pero yo no estaba. Quiero decir que mi otro yo no había llegado aún. Pero los turcos me trataron igual que la primera vez, como si fuera carne nueva para ellos como, de hecho, era. Pasé dos días en la bodega, en los que vi aparecer a otros seis yo míos venidos del futuro. Primero pensé que venían a salvarme. Pero por sus miradas avergonzadas y cabizbajas, y su docilería ante los penes salnítricos de la tripulación, entendí que mi futuro era ese. Mi futuro y mi pasado. Condenado a volver una y otra vez a esa bodega de una galera turca. Cage me proporcionaría el bifurnátedo cuántico siempre que le pagara, y yo me evadiría a la oscuridad del mediterráneo medieval durante horas, días o meses para ser salvajemente violado por una gente que era incapaz de entender cómo podían tener dieciocho versiones de la misma persona, pero que lo encajaban con gran jolgorio y despendole sexual.
Hace apenas unos minutos que he colgado el teléfono. Hablaba con Nicholas Cage, y le contaba que acabo de volver de uno de mis viajes a la cueva del dolor marítimo y he presenciado una escena que me ha enternecido. Me he visto a mi mismo pidiendo que nos violaran. Y me he dado cuenta que soy un adicto. Un cuanticólico. No puedo dejar de saltar en el tiempo, aún cuando esto menoscabe de forma notoria mi salud física y mental.
Juventud, alejarse de los viajes en el tiempo. Cuando no te quieres dar cuenta, veintitrés piratas turcos de la edad media te están dando por culo mientras tú aplaudes".


Desgarrador. Nunca mejor dicho. Si habéis vivido una situación similar a la de Doc Moriarty y os apetece hacerla pública, no dudéis en contactar con nosotros en info@postlost.net Entre todos, haremos un mundo mejor.

Y, por cierto, mirad el último capítulo de PostLost, que nos ha quedado la mar de bonico.